En muchos casos, los enfoques de entrenamiento y pérdida de grasa no siempre funcionan igual para mujeres y hombres. Cambios hormonales durante el ciclo menstrual, distribución de la grasa corporal y el gasto energético son algunos de los factores que hacen que los cambios en las mujeres sean distintos.
Las mujeres tendemos a aumentar en mayor proporción grasas subcutánea (la que está entre la piel y el músculo) y, por lo general, este tipo de grasa es más difícil de quemar (ya sé que injusto). Además, muchos aspectos de nuestra propia fisiología como mujeres desde el apetito, el antojo o “hambre” de carbohidratos o grasa como fuente de energía, el gasto calórico e incluso el nivel de energía pueden cambiar en las diferentes fases del ciclo menstrual, e ignorar esta realidad como mujeres en un grave error (cosa que hacen muy seguido muchos entrenadores).
Pero te preguntarás, ¿por qué la vida es tan cruel? La realidad es que todo es perfecto, muchos estudios demuestran que el almacenamiento de reservas de grasa en las mujeres no solo es bueno sino necesario. Gracias a esto podemos quedar embarazadas. Además, en nuestro caso, la testosterona y el estrógeno son dos de las hormonas que más inciden en la ganancia o la pérdida de peso por su impacto en el desarrollo de masa muscular.
El músculo es metabólicamente activo, por esto entre más masa muscular tengas más mitocondrias musculares vas a tener y por ende vas a transformar más grasa en energía.
De ahí a que el entrenamiento de pesas, más una dieta hipocalórica (menos calorías) serán tus aliados en el proceso de pérdida de grasa.